La verdad, llevaba mucho tiempo detrás de esta receta así que, en cuanto la descubrí, lo primero que hice fue mirar en la despensa a ver si me quedaba un poquito de jengibre.
Y el resultado no pudo haber sido mejor: unas galletas fáciles, rápidas y tremendamente deliciosas.
Además, son unas galletas un tanto diferentes: no sólo por su sabor sino también por su textura: crujientes por fuera pero tierna en su interior. Sin duda ¡merecen la pena!
Ingredientes:
425 gr. de harina de trigo
100 gr. de azúcar glass
125 gr. de mantequilla a temperatura ambiente
1 huevo grande
1 yema de huevo
2 cucharadas de miel
1 cucharada de leche
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
1 cucharadita de canela molida
1 yema de huevo
2 cucharadas de miel
1 cucharada de leche
1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
1 cucharadita de canela molida
1 cucharadita de jengibre molido
1 pizca de pimienta de jamaica (o, en su defecto, pimienta "normal")
1 pizca de sal
1 huevo batido para pintar las galletas
1 pizca de pimienta de jamaica (o, en su defecto, pimienta "normal")
1 pizca de sal
1 huevo batido para pintar las galletas
Elaboración:
Mezclamos todos los ingredientes en un bol (a excepción del huevo batido) hasta formar una masa homogénea. La dejamos reposar durante 15 minutos a temperatura ambiente tapada con un paño.
Pasado el tiempo, formamos bolitas (aplanándolas un poquito) y las disponemos sobre la bandeja del horno. Pintamos con el huevo batido y, finalmente, las metemos en el horno precalentado a 180ºC durante 15 minutos aproximadamente.
Las dejamos enfriar y...¡ya están listas para comer!
¡Que paséis una buena semana!