Empanada de bonito

Aprovechando estas mini vacaciones, este fin de semana me he vuelto a Galicia porque, a pesar del mal tiempo y la humedad (que, por cierto, me están causando un ligero resfriado) como en casita no se está en ningún sitio.


La verdad, no me atrevería a decir que la receta que os propongo hoy sea la típica "empanada gallega" ya que en cada rinconcito de Galicia se prepara de una manera diferente siguiendo las distintas tradiciones del lugar.

Pero lo que sí está claro es que la empanada, sin importar el tipo de relleno o la misma textura de la masa, es una receta típica de esta tierra.

De hecho, cuenta la leyenda, que los peregrinos sabían de su cercanía a Santiago de Compostela al percibir su inconfundible aroma a pan, empanada y vieiras. Es por ello que las empanadas gallegas aparezcan ya talladas en siglo XII en el Pórtico de la Gloria.

Mi versión de la empanada se podría definir como "la clásica" ya que la masa está elaborada a base de harina de trigo y el relleno es de bonito. Pero, como ya os he dicho, existe un sinfín de combinaciones posibles de lo que puede llegar a considerarse como "empanada".


Ingredientes:

Para la masa:

  • 300 gr de harina
  • 1 sobre de levadura
  • 100 cl de aceite
  • 100 cl de agua tibia
  • una pizca de sal
  • 1 yema de huevo

Para el relleno:


  • 1 cebolla
  • 1 lata de bonito en conserva
  • salsa de tomate al gusto
  • 1 lata pequeña de pimiento morrón en conserva (opcional)


Elaboración

Relleno:
En una olla pochamos lentamente la cebolla. Cuando esté blanda incorporamos el pimiento, el bonito en conserva (es importante que esté bien escurrido) y la salsa de tomate (podéis hacerlo con salsa de tomate casera o con tomate frito ya preparado). Dejamos reposar.

Masa:
En un recipiente, mezclamos la harina, la levadura y el agua tibia. Seguidamente, añadimos el aceite y la sal. Amasamos todo hasta que quede una pasta fina y compacta. La dejamos en reposo con un paño húmedo hasta que doble su volumen (unos 20 o 30 minutos).

Pasado el tiempo de reposo, estiramos la masa y la dividimos en dos (una de las partes un poco más grande que la otra). En la mitad más pequeña incorporamos el relleno. Después la "tapamos" con la otra mitad de masa y "cerramos" la empanada envolviendo los bordes pellizcando la masa hacia dentro.

Pinchamos la superficie con un tenedor y hacemos una especie de "chimenea" para que el exceso de líquido se evapore en el horno. Finalmente, la "pintamos" con la yema de huevo batida.

Horneamos a 180º durante media hora o hasta que veamos que la superficie está dorada.


Que paséis un buen fin de semana!


 

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