Cinnamon rolls

Creo que nunca os he comentado que soy la persona más friolera del mundo.
Sí, sí ¡siempre tengo frío! De hecho, si yo tengo calor, seguramente los que estén a mi lado estén ya cocidos.

Pues bien, como sabéis, las temperaturas en Madrid esta semana han sido espantosas (sobre todo por las mañanas en la parada del autobús!) y mi cuerpecito, el pobre, se ha resentido.
Por tanto, he tenido que poner en marcha mi solución infalible al frío: ¡encender el horno! (sí, suena más bien a una excusa...)

Pero la duda era ¿qué hornear? 
Pues bien, estaba yo tomándome un chocolate caliente envuelta en mantas cuando de repente se me vinieron a la cabeza esos bollitos de canela taaan ricos que ponen en Starbucks ¡No me podía creer que todavía no hubiese probado a hacer cinnamon rolls en casa! Así que me puse manos a la obra!


Ingredientes:
  • 90 gr. de azúcar
  • Una pizca de sal
  • 80 gr. de mantequilla a punto pomada
  • 1 huevo batido
  • 450 g harina de panadería o normal
  • 6 g levadura instantánea de panadería
  • 260 ml de leche 
  • Canela y azúcar blanco y moreno al gusto


Elaboración:

En primer lugar, batimos el azúcar, la sal y la mantequilla hasta que consigamos una mezcla homogénea. A continuación, añadimos el huevo y lo mezclamos todo de nuevo.
Tamizamos la harina con la levadura y se lo añadimos a la mezcla anterior. Seguidamente, agregamos la leche y lo amasamos. El resultado de la masa debe ser suave, que no se pegue a las manos. Si es necesario añadir un poco de harina o un poco de líquido lo haremos (dependiendo de si está pegajosa o bien está muy seca)

Para saber si la masa está en perfectas condiciones podemos hacer la "prueba de la membrana" Para ello, cogemos una bolita de masa y la estiramos. Si la masa se estira sin romperse, formando un velo... ¡prueba superada!

Una vez tengamos nuestra masa lista, la dejamos reposar unos 90 minutos o hasta que haya doblado su volumen.

Pasado el tiempo de reposo, estiramos la masa formando un rectángulo. Lo pintamos con mantequilla derretida y espolvoreamos por encima una mezcla de azúcar con canela (yo he puesto tanto azúcar moreno como blanco: pero podéis hacerlo como más os guste). Finalmente, enrollamos nuestro rectángulo (como se puede ver en la imagen) y cortamos en trozos.


Para cortarlo, lo mejor es: a) tener un cuchillo muy bien afilado b) llenarlo de harina. Si no, corréis el peligro de volveros locos intentando que no se "chafe" todo (como me pasó a mí en un primer momento)

Ponemos los rollitos en una bandeja de horno ligeramente separados para que no se peguen.


Precalentamos el horno a 180º y, mientras, dejamos que nuestros bollitos crezcan por última vez.
Horneamos durante 15-20 minutos o hasta que estén dorados y ¡voilà! Tendremos unos cinnamon rolls deliciosos!


 

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