Mini Saint Honoré

Dicen que "nunca te acostarás sin saber una cosa más" y parece que están en lo cierto:
Hasta hace muy poco, el nombre "San Honorato de Amiens" no me decía nada pero, cuando me enteré de que se trataba del patrón de los panaderos, me puse a buscar más información sobre el tema.
Para mi sorpresa, San Honorato de Amiens (Saint Honoré) no sólo es el patrón de los panaderos, sino que, además, da nombre a la famosa tarta "Saint Honoré" ¡Una de mis tartas favoritas!



Este Obispo nació en Port-leGrand, en Pothieu. La historia cuenta que cuando fue proclamado obispo, su ama, que estaba cociendo pan en la casa, acogió la noticia con incredulidad. Así, le dijo que sólo lo creería si la requemada pala que utilizaba para hornear echase raíces y se convirtiese en un árbol. Fiel a su palabra, plantó en el patio de la casa la pala, convirtiéndose en una morera que pronto dio flores y frutos.
El culto a San Honorato desbordó los límites del obispado y se extendió por todo el país. De hecho, en 1202, el panadero Renold Theriens regaló en París unos terrenos para construir una capilla en honor al santo. Ésta se convirtió en una de las capillas más aclamadas del país y pronto se denominó "Rue Saint Honoré" a la calle en donde se situaba.
Curiosamente, en 1846, en una pastelería de la Rue Saint Honoré, el chef Fauvel tuvo la magnífica idea de combinar la suavidad de la crema, el crujiente del caramelo y el toque de los profiteroles, y crear así la famosa tarta Saint Honoré en honor a su patrono.


Cuando me propusieron en casa hacer una tarta Saint Honoré no daba crédito: ¿De verdad creéis que nos quedará bien algo tan complicado?
Pues sí. Y lo mejor de todo es que resulta ser una tarta súper divertida, con mucho juego en la cocina y para nada complicada. El truco está en seguir los pasos con mucha paciencia y ¡no quemarse con el caramelo!


La receta que hoy os propongo no es la original: Se trata de una versión casera y adaptada a nuestros gustos porque, como ya he dicho, es una tarta muy versátil y que admite cualquier modificación.

Ingredientes: (para dos mini tartas o una grande)

Pasta choux:
125 mililitros de leche
125 mililitros de agua
100 gramos de mantequilla
150 gramos de harina
4 huevos
1 huevo para pintar
1 cucharadita de sal
1 cucharadita de azúcar

Crema pastelera
La receta aquí

Caramelo:
50 ml agua
200 gr de azúcar
1 chorrito de zumo de limón

Hojaldre:
1 Lámina de hojaldre



Elaboración:

Profiteroles:
En un cazo ponemos la leche, el agua, la mantequilla, la sal y el azúcar y lo llevamos a ebullición. Cuando empiece a hervir, retiramos el cazo del fuego e incorporamos la harina, mezclándola con una espátula hasta obtener una masa uniforme. Una vez mezclada, volvemos a poner el cazo al fuego (sin dejar de remover) durante un minuto aproximadamente para que así se seque la masa.
A continuación vertemos la masa en un cuenco y empezamos a añadir los huevos uno a uno removiendo hasta que se integren perfectamente.
Introducimos esta masa en una manga pastelera de 1 centímetro y boquilla lisa con la que haremos montoncitos de pasta choux en la bandeja del horno con papel sulfurizado, dejando una separación de unos tres centímetros entre ellos.
Batimos el huevo restante y pintamos los profiteroles. Finalmente, introducimos la bandeja en el horno precalentado a 200º C y dejamos cocer unos 20 minutos, hasta que estén dorados y crujientes.

Una vez listos, los ponemos en una rejilla a enfriar. Cuando estén fríos, hacemos un agujero en la base de cada uno de los profiteroles y los rellenamos de crema con una manga pastelera.



Base de hojaldre:
Sobre una bandeja de horno con papel sulfurizado ponemos un círculo de hojaldre. Lo pinchadamos con un tenedor para que no crezca durante la cocción y horneamos con el horno precalentando a 200 grados hasta que esté dorada.

Caramelo:
En un cazo disolvemos el azúcar en el agua y el chorrito de zumo de limón. Lo calentamos a fuego fuerte hasta que se dore.

Montaje:
Sobre la plancha de hojaldre, colocamos los profiteroles. Para ello, untamos tanto la base como los profiteroles con caramelo como si de pegamento se tratase (si vemos que el caramelo se pone muy duro, lo calentamos de nuevo).
Los espacios que nos quedan entre los profiteroles los rellenamos con crema pastelera. Y, finalmente, rociamos la tarta con el caramelo restante (¡no demasiado!)



Para los que no nos atrae el caramelo he "ideado" una versión mucho más... ¿golosa? Simplemente he cambiado el caramelo por chocolate que, al igual que el primero, al enfriar se endurece y sirve perfectamente como "pegamento"

Espero que guste!


 

@puntodenievemadrid

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